Un grupo de senderistas en una ruta extremadamente arriesgada. Incluso un guía benévolo podría ser considerado responsable si las caminatas que realiza son muy arriesgadas y no se tiene el debido cuidado con la seguridad.

En esta página vamos a referirnos a esta figura como guía benévolo, entendida como un concepto general aplicable a nivel mundial. Cada país tiene sus propias leyes, y en algunos, muchas personas evitan organizar actividades en grupo por miedo a las posibles consecuencias legales.
Sin embargo, la mayoría de los sistemas jurídicos coinciden en que, cuando una caminata es liderada por una persona que no cobra por ello, el riesgo legal tiende a ser mucho menor.
Al final del artículo incluimos detalles más específicos sobre cómo se trata este concepto en el caso de España.
La figura legal del "guía benévolo" se refiere a una persona que acompaña o lidera voluntariamente a otros en una actividad, sin recibir pago ni compensación formal, generalmente en contextos recreativos, al aire libre o en grupo.
En muchos sistemas jurídicos, un "guía benévolo" puede estar exento de ciertas responsabilidades (como la responsabilidad civil en caso de accidentes), siempre que:
Si alguien lleva a unos amigos a hacer senderismo como un favor y no como un servicio pagado, y uno de ellos sufre un accidente, es posible que el guía no sea legalmente responsable, ya que actuaba como guía benévolo. Sin embargo, esto podría cambiar si actuó de forma imprudente o engañó al grupo sobre los riesgos.
En el contexto jurídico español, la figura del guía benévolo no está específicamente regulada por una ley concreta, pero puede entenderse dentro del marco general de la responsabilidad civil extracontractual establecida en el artículo 1902 del Código Civil, que establece que "el que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado".
Sin embargo, cuando una persona actúa como guía de manera altruista y no profesional —es decir, sin recibir compensación económica ni ostentar una cualificación técnica oficial— puede ser considerada como guía benévola. En estos casos, los tribunales tienden a valorar si existió culpa o negligencia grave para determinar la posible responsabilidad.
Niños pasando frio en la Sierra Nevada
En España, el guía benévolo puede beneficiarse de cierta flexibilidad legal, siempre que actúe con prudencia y no cause daños por negligencia. No obstante, ante cualquier duda o en el contexto de actividades con riesgo, se recomienda contar con seguros de responsabilidad civil o delimitar claramente los roles y expectativas entre los participantes.
En marzo de 2013, durante una excursión organizada por el Bilbao Alpino Club en la Sierra de Gredos, una montañera falleció debido a hipotermia tras separarse del grupo en condiciones meteorológicas adversas. La Guardia Civil imputó al organizador por "denegación de auxilio y homicidio imprudente". Sin embargo, en junio de 2014, el tribunal archivó la causa, considerando que el organizador actuaba como un participante más, sin contrato ni remuneración, y que las decisiones se tomaron de forma consensuada entre los miembros del grupo.
En un caso analizado por la jurisprudencia española, se discutió la responsabilidad de un guía benévolo en una excursión de montaña donde ocurrió un accidente. El guía, sin ser profesional ni recibir remuneración, lideró una actividad en la que un participante sufrió lesiones. El tribunal consideró que, aunque el guía actuaba de forma altruista, asumía una posición de liderazgo y, por tanto, tenía ciertas responsabilidades. Sin embargo, se determinó que no existía responsabilidad penal, ya que no se demostró negligencia grave o incumplimiento de deberes específicos por parte del guía.